Elaborado por Osmar Zavaleta, decano asociado de Investigación de Escuela de Negocios y EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
La suspensión de actividades productivas y el cierre de fronteras, causado por la Pandemia de Covid-19, ocasionaron la ruptura de muchas cadenas de suministro a partir del 2020. Además de la contingencia de salud, hoy existe cierta tensión en las relaciones entre Estados Unidos y China, además de otros factores geopolíticos, como la invasión a Ucrania por parte de Rusia y el conflicto de Medio Oriente.
Ante este contexto y teniendo presente que cerca del 35% de la producción manufacturera, a nivel mundial, se concentra en China, empresas de todo el mundo comenzaron a relocalizar sus plantas productivas, para diversificar el riesgo y, al mismo tiempo, lograr eficiencias al ubicar sus centros de producción más cerca de los destinos de consumo, lo que representa, como sabemos, una enorme oportunidad para México.
De acuerdo con Deloitte, de enero de 2021 a septiembre de 2023, los estados mexicanos que mayor IED han captado, derivada del nearshoring, son Nuevo León (39%); Coahuila (12%); CDMX (11%); Guanajuato (10%); Jalisco (9%); y Durango (4%), los cuales han captado el 85% de la IED propiciada por este fenómeno de relocalización de centros de producción hacia México.
Para el 2024, se prevé que la economía mexicana se vea beneficiada por el aumento de inversión y consumo robusto, así como la disminución del desempleo y el aumento de los salarios en México. Hay un gran interés de inversionistas internacionales de ubicar sus recursos en México en virtud de las oportunidades que se visualizan.
Fitch Ratings mostró su perspectiva para crecimiento económico de México para 2024, que elevó su estimado de 1.8 a 2.4% y uno de los factores fue el nearshoring.
En este mismo sentido, JP Morgan, elevó el crecimiento del PIB de México, de 1% a 2.7% para 2024, debido a un incremento en el consumo doméstico y al crecimiento de la IED debido al nearshoring. En relación con la IED, JP Morgan estima que durante el 2024 ésta será de entre 35 y 40 mil millones de USD, y se prevé que en el mediano plazo alcance los 50 mil millones de USD y gran parte de esto se explica en términos del andamiaje legal que provee el T-MEC. Si México logra captar 50 mil millones de USD en IED entonces el crecimiento económico se estabilizaría entre 3 y 3.5% al año.
Aunado al crecimiento económico vendrá una mayor demanda de energía eléctrica, por lo que, si la estrategia energética de México propicia la generación de electricidad a partir de fuentes limpias, el PIB podría crecer al 4% anualmente.
El Banco de México también elevó recientemente su expectativa de crecimiento de la economía del país de 2.1% a 3%, por los efectos del nearshoring, durante el año 2024.
Por su parte, Coparmex estima un crecimiento de 3.4% para la economía de México, debido a un consumo doméstico dinámico, un aumento significativo de la inversión, tanto nacional como extranjera, y una actividad económica estadounidense mayor a la pronosticada.
De acuerdo con el Consejo de Empresas Globales, la economía del país crecerá en 2.5% en los próximos seis años, debido a este fenómeno de relocalización de centros de producción hacia México. Este mismo organismo estima que el sector manufacturero de México atraerá más de 80 mil millones de USD y que podría generar hasta 4 millones de empleos para el 2030, con captación de entre 30 y 50 mil millones de USD al año debido al nearshoring.
Por otro lado, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), entre 2022 y 2023, México registró una demanda acumulada de 3.1 millones de metros cuadrados en parques industriales y se espera que alcance los 6 millones de metros cuadrados para 2027, en virtud del nearshoring, lo que podría servir como termómetro respecto de las expectativas de la comunidad de negocios en relación con la relocalización de centros de producción hacia México.
Considero que México tiene mucho potencial de crecimiento si redefine su estrategia energética y da cabida a la inversión nacional y extranjera para impulsar proyectos de generación de energía a través de fuentes limpias, dado que es una razón adicional para que centros de producción, actualmente localizados en China, consideren a México como un posible destino. También se deberán atender los problemas de inseguridad y de estado de derecho en algunas regiones del país.
Los sectores económicos con mayor potencial son el de la manufactura, en general, el automotriz (incluido el de autopartes), el de enseres domésticos, el de equipo médico, el de equipo electrónico y de cómputo, así como el relacionado con los servicios financieros, inmobiliarios (sobre todo en el sector industrial) y logísticos y, de acuerdo con Deloitte, las exportaciones (o la oferta de servicios en estos sectores) crecerá a una tasa anual promedio de 10.30%. No descarto la posibilidad de que los servicios de tecnologías de información tengan un potencial importante en México, a la luz del nearshoring.
Sin duda, hay oportunidades muy importantes para México, aunque ciertas condiciones tienen que darse para que podamos capitalizarlas de manera integral.
Publicado originalmente en El Financiero.